viernes, 13 de abril de 2012

ADORANDO MADERA



«¡Guapa!... ¡Qué hermosa eres!... ¡Guapa!».
Dos niñas gritan, emocionadas. Sus madres sonríen orgullosas, conmovidas por la devoción de las hijas. Las voces de las pequeñas, agudas, destacan entre otras más roncas.
La destinataria de los piropos es una talla en madera de no sé bien qué virgen. Rodeada de cirios, es llevada a hombros por unos doscientos costaleros. El público aplaude con fervor.

Paseo por Málaga, con el espíritu curioso, buscando entender, atrapar esencias, descubrir misterios...

Mi esposa y yo nos mezclamos entre la gente.
Observo y escucho. Abro bien los ojos y los oídos, atento a todo. Aquí y allá atrapo retazos de conversaciones.
Un grupito mantiene una que despierta mi interés. Un hombre joven defiende que este espectáculo de gente apasionada y entregada es muy bueno para la ciudad, porque atrae turistas y no están los tiempos como para rechazar ingresos; pero, al mismo tiempo, expresa a media voz su incredulidad ante la parte de devoción verdadera que pueda contener.
Un señor de más edad inicia su réplica: «los ateos, los que no creéis en nada...»  Tengo que hacer un gran esfuerzo para seguir escuchándole. Y otro para no intervenir en defensa del joven, el cual, falto de palabras, o quizá intimidado por la autoridad con la que se expresaba el otro, no volvió a decir nada durante el tiempo que estuve yo cerca.
En '¿Dónde está Dios, papá?' dedico varios párrafos a aclarar esa confusión malintencionada, tan habitual, entre ateísmo y nihilismo. Así que, por no repetirme, no quiero avanzar nada de lo que en el libro digo al respecto.
       Pero, en Málaga, al escuchar eso de «los ateos, los que no creéis en nada...», recordé vagamente unas palabras de las que no me serví cuando escribí el libro pero creo le habrían venido muy bien en su conversación a nuestro joven amigo. A mi vuelta a casa las conseguí encontrar, para traducirlas tal cual. Las escribió la divulgadora científica australiana Lynne Kelly: «Algunos creyentes nos dicen a los escépticos que [sin mitos] no nos queda nada, salvo un mundo científico, frío y aburrido... Me quedan tan sólo el arte, la música, la literatura, el teatro, la grandiosidad de la naturaleza, las matemáticas, el espíritu humano, el sexo, el cosmos, la amistad, la historia, la ciencia, la imaginación, los sueños, los océanos, las montañas, el amor y la maravilla del nacimiento... Con eso me bastará».
            Los ateos creemos en muchísimas cosas. Y nos emocionamos hasta el llanto con muchas otras, aunque no nos conmuevan los iconos sagrados de madera, ni el supuesto poder mágico de las deidades imaginarias.

Sigo pensando, mientras paseo, veo y contemplo.
Intuyo que la mayoría de los adultos religiosos siguen creyendo en las cosas que sus religiones cuentan, no porque sean ciertas o dejen de serlo, sino porque, por un motivo u otro, necesitan creerlas. Para los ateos, sin embargo, las religiones son como ese mueble, fuera de sitio (fuera de época), contra el que nos topamos siempre, aunque sepamos cómo es y dónde está colocado.
Al respecto, se me antoja que las palabras que algunos atribuyen a, precisamente un andaluz, Séneca, siguen siendo válidas dos mil años después de su muerte: «la religión es vista por la gente común como verdadera, por los sabios como falsa, y por los gobernantes como útil».
Muy útil, la religión. La religión y el fútbol, querido Séneca. Tú no llegaste a conocer la nueva adormecedera universal que nos embriaga a muchos: el fútbol. Mientras pienso en ti me entero, entre el público, vía el móvil de un muchacho que tengo al lado, de que el Milan acaba de marcar un gol que, de terminar así el partido, eliminaría al Barça de la Champions League. La noticia se extiende con una rapidez milagrosa entre los miles de presentes. La gente ahora reza con más devoción. «¡Que Messi meta rápidamente un gol, Cristo de la Buena Muerte! ¡Apiádate de nosotros, no nos hagas sufrir así!». Algún otro también reza, con mayor intensidad incluso, pero en su caso rogando al altísimo para que Messi se rompa la tibia. Piadoso sentimiento que –embutido en una túnica, quizá no casualmente de color blanco– comparte en voz alta con sus amigos.

Nuestros ancestros veían morir a su alrededor a sus hermanos, a sus hijos, a otros miembros de la tribu... Y ello a diario, constantemente. La esperanza de vida era bajísima. La mortalidad infantil, descorazonadora. No es de extrañar que llegaran a creer que los sacrificios agradaban a los dioses. Si las criaturas, humanas y no humanas, mueren sin cesar, será porque a los dioses les gusta. Hagamos que estén contentos sacrificando para ellos, en este altar, una gallina, un buey, a un guerrero enemigo. Mejor aún: a uno de los nuestros, a uno de nuestros hijos. Veréis cómo vuelve a llover pronto.
            Esa creencia –pueril pero comprensible, dado el nulo conocimiento científico del mundo que aquellos humanos tenían– ha acabado por llegar hasta nuestros días a través del Cristianismo y de su historia sobre un profeta hijo de Dios que se sacrifica voluntariamente para que su padre esté contento (¡qué padre real disfrutaría con eso!) y perdone al resto de humanos de una mancha maligna (¿¿??) que él mismo quiso que tuviéramos (ya que fue él mismo, todopoderoso, quien nos creó tal como somos)... Pero no hemos de preocuparnos por la suerte del profeta: dado que el hijo es a su vez el padre (habría de completarse el todo con una paloma, pero se me alargaría demasiado el párrafo), y está dotado de poderes mágicos, consiguió resucitar, y ahora nos contempla plácidamente desde algún lugar por encima del arco iris, junto a su padre (es decir, junto a él mismo), ese padre amoroso que creó este mundo-parque-de-atracciones especialmente para nosotros, para que no dejáramos de divertirnos. Lo cual, por cierto, no le ha salido muy bien, podrían pensar los miles de habitantes del Sahel que van a empezar a morir de hambre en las próximas semanas.
            Si les ocurre a ustedes como a mí, es decir, si no le encuentran ningún sentido a las historias que nos cuentan las religiones, puede que, sencillamente, se hayan olvidado ustedes de seccionar el cableado de la sensatez.

Sigo capturando, aquí y allá, trozos de conversaciones y escenas –es lo bueno de disolverse entre la multitud.
Una última imagen queda grabada en mi disco duro. Cerca de nosotros hay un matrimonio alemán, más o menos de nuestra edad. ¿Cómo sé que son matrimonio? ¿Cómo sé que son alemanes? Pues, sencillamente, sé que es así. Tengo la certeza, deben ustedes tener fe en mí (es lo que tiene llevar mucho rato inmerso en una atmósfera de febrilidad religiosa colectiva).
            La señora alemana tiene ese brillo en los ojos de aquél que está viviendo en directo sensaciones que los documentales no son capaces de despertar. Nos miramos. Nos entendemos. Sí, soy español, pero yo también estoy alucinando con todo esto, cual extraterrestre desorientado, como le está pasando a usted, señora. Los dos somos igualmente antropólogos, en estos momentos. Aquí estamos, yo, como usted, pasando la tarde... Adorando madera... ¡Guapa!

¡Hasta dentro de dos fines de semana, queridos lectores! 

22 comentarios:

  1. Todos los comentarios serán bienvenidos. Muchas gracias.

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    1. Entiendo la repugnancia de una mente realmente capaz de razonar, ante el facilismo de la creencia ciega, sin embargo cuando dices: "Me quedan tan sólo el arte, la música, la literatura, el teatro, la grandiosidad de la naturaleza, las matemáticas, el espíritu humano, el sexo, el cosmos, la amistad, la historia, la ciencia, la imaginación, los sueños, los océanos, las montañas, el amor y la maravilla del nacimiento... Con eso me bastará" estás aceptando esa realidad variadísima, multisápida, apta para el intelecto y para la emocionalidad. A la causa original de todo ello, una causa necesariamente inteligente o su creación no satisfaría tu inteligencia, es a lo que llamo Dios, sin asociarlo con ningún atributo humano, ni siquiera con el amor tal como lo conocemos. Pero es respetable tu esfuerzo por desmitificar, depurar, centrar, mientras sigues tratando de satisfacer lo que te lleva a buscar. Buena vida, amigo!

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    2. El problema, Gustavo, si me permites, es que el pensamiento causal es también una característica humana (recuerda a Hume y su crítica a la causalidad). No sabemos –ni tenemos manera de saberlo– si apunta a una realidad objetiva más allá de nuestro propio ordenamiento del mundo. Claro que tienes derecho a pensar lo que quieras, y ya que no intentas venderlo como un verdad universal (como sí hace la gente de mentalidad religiosa), me parece absolutamente respetable. ¡Saludos!

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    3. Lamento la incoherencia de tu argumento Gustavo. Adjudicarle la existencia de esas hermosas cosas descriptas por Clemente únicamente a tu dios solo puede aceptarse de alguien que esté indoctrinado a pensar que esa es la única posibilidad. Es equivocado pretender que otros “vean las cosas" con los filtros y limitaciones que tu tienes.

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    4. Gustavo... Si a eso le llamas Dios.. ese Dios no es el que nos cuentan las religiones monoteistas. El grave error de las religones es que a todos los interrogantes de la vida le colocan un Dios personificado.

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    5. Estimado Roberto, gracias por asociar tu comentario al mío, efectivamente mi pensamiento causal deriva del hecho de que soy humano (al menos un poco jeje). A tí, Anónimo, te respondo que a esa Causa-Origen de Todo le doy el nombre de Dios como podría llamarlo Tubérculo o Ameba, pero sólo por no aumentar la confusión del mundo me ciño al término tradicional, aunque evidentemente "mi dios" nada tiene que ver con el de las religiones monoteístas y sí con el centro incognoscible de mi pensar agnóstico. En cuanto a tí, HermanGermán, el juicio de valor en tus palabras me lleva a sugerirte que te lo apliques, para que así puedas -tal vez- cobrar conciencia de tus propios filtros y limitaciones, y del origen de los mismos, lo que seguramente te llevará a explorar tus miedos fundamentales y a crecer. Me encanta tu blog, Clemente! Cordialmente invitados a comentar temas polémicos en http://raguniano.blogspot.com/

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    6. Eres buen filósofo Gustavo, enhorabuena! Encontré justo lo que estaba buscando, me siento como aquella niña que recibe las respuestas inteligentes de su padre..,Soy ecuatoriana, crecí con la biblia bajo el brazo, alabando al Señor, diezmando, me bautice a los 14 años pero sentía que todo lo hacía como una obligación, me abstuve de los impulsos "normales" sacrificando mi juventud por el temor que te meten al cuerpo de ese dios invisible castigador malvado y que es nuestro padre, yo pensaba dentro de mí "un padre así no quiero" pero no se puede decir porque te conviertes en blasfemo y el castigo es mas grande todavía.... Todo eso me creí y más..... Aleluya! Ahora soy yo misma tengo pensamiento propio, hay vida después de los dioses, hay gente pensante que te ayuda activar el cableado del sentido común ...

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  2. Pues si, todo es asi como lo cuentas..incluso desde niña me preguntaba porque habia tantas vírgenes y tantos cristos, porque lo de los santos lo entendia más al ser personas beatificadas y bueniiisimas jejeje. Yo que tambien he estado en Isla, provincia de Huelva allá... con las de la Virgen del Carmen en barcos y barquitas, observé que el fervor, esa palabreja que me suena a herbor de fiebre, era solo momentáneo, como una estela de aprendizaje antigüo que pasaba pronto y luego venian la algarabia de los fuegos y las bebidas...las costumbres, solo las costumbre y el turismo después. Desvestir a un santo para vestir a otro...desvestirse de sus economias, de gentes que no pueden pagarlo, para vestir al santo de palo y hay de quien no de dinero para esos eventos, se le condena y amenaza con el infierno e incluso se le mira " de lado" como si no fuese persona y si hereje.
    Estoy contigo amigo los ateos tenemos infinidad de cosas más que los creyentes, incluyo los tenemos a ellos jajaj.
    Un abrazo.

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    1. Los creyentes tb tenemos todo lo que tenéis los ateos, no os es exclusivo,¿no?

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    2. si pero uds los creyentes se enfocan mas en su dios imaginario y lo pasan por alto se pasan la vida enteraa tratando de poder verse bien ante su imaginacion y olvidan que la vida es un instante y yo pienson tambien que no lo tienen todo pues hace falta capacidad de razonar y usar la logica para darse cuenta que un ser superior que creo todo y asi mismo suena ilogico

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    3. Ysupaís: La profusión de vírgenes y santos es producto del sincretismo entre el cristianismo primitivo y medieval, y las deidades de las religiones paganas de culto a la naturaleza, cuando la nueva religión se fue imponiendo sobre la antigua. Hasta fines del siglo X la mayoría de esos "santos" eran creación del pueblo llano, fecha en la que el Papa reclamó su autoridad para decidir (entre otras cosas) sobre ello. Una de las muchas cosas que ignoran los "fervorosos" creyentes es el origen sincrético de sus creencias...

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  3. La pura realidad es que vivimos rodeados de gente con muy pocas luces... Prefiero no llamarles tontos, porque dirían que es una falta de respeto. Pero..¿ como llamar a alguien que cree en mitos y todas esas tonterías en una época en que la información esta al alcance de todos y las evidencias de que todo son mitos, mentiras, falsedades e hipocresía son tantísimos, son tan evidentes y están en tantos lugares?..¿ Como llamaríamos a un adulto que sigue creyendo en los Reyes Magos y que, a pesar de que nunca recibe regalo alguno, sigue escribiéndole cartas todas las navidades?.¿Se os ocurre algún nombre?. Prefiero no decir los que a mi me vienen a la cabeza porque hasta algunos ateos dirían que es altamente irrespetuoso y ofensivo. Es increíble observar como la religión aplicada desde la infancia, estropea el cerebro a algunos y les deja tarados de por vida... " Coge a los niños, diles que los patos son sagrados, enséñales a adorar a los patos, repíteselo muchas veces y, al cabo de unos años, tendrás los estancos de los parques públicos y los zoos llenos de adultos rezando el “cua, cua” a los patos y esperando que los patos les aporten una mejor vida". Santa Ignorancia !!!. Dios mío !!!

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  4. Sigue dando gusto seguirte... y te seguiré siguiendo. ;-)
    ¡Gracias por el momento agradable que pasé leyéndolo!!

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  5. es un placer leerte , apreciado Clemente. no hagas caso de criticas sin sustancia. es tu blog y tu escribes en el lo que piensas o desees.ni puñetero caso a algunas criticas negativas. tu aceptalas como buen democrata que eres. pero nada mas.No olvides nunca que tu eres una estupenda persona con una ética personal y profesional admirable. un abrazo.

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  6. Me gustô mucho ! fui catolica, pero desde antes vivia con muchas dudas y preguntas en la cabeza, con tanta informacion existente ahora y cuando sales de un pais conoces nuevas culturas, abres los ojos y descubres...y descubri que todo es un delirio, Dios no existe fue un invento..... en fin, felicitacione sy sigue adelante!

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    1. Que bien Mary yo estoy en las mismas en estos momentos y me siento tan bien!!!! Saludos.

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  7. La gran mayoría de los creyentes cuando las cosas les salen bien es gracias a Dios, cuando no es mala suerte. Hacen proyectos con el añadido de "si Dios quiere", pero si les surgen un imprevisto que les impide realizar el proyecto se olvidan de preguntar a Dios por qué no quiere.La reflexión,en estas personas está totalmente anulada. Una pena y en el 2012...

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  8. Hola Clemente, como siempre... acertado, ameno y brillante!!.

    Hace poco me soltaron una frase que me hizo pensar....
    te la "traslado" y me dices tu opinión, si te apetece y tienes tiempo.
    "SER FELÍZ ES MUY SENCILLO...LO DIFICIL ES SER SENCILLO".
    Un fuerte abrazo.

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  9. Clemente, se puede decir que tuviste toda una "experiencia religiosa". Creo que, con la semana santa hay que actuar lo mismo que con el sarampión hace unos años: como no existía vacuna ¡¡La vacuna era pasar la enfermedad!!

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  10. Me has encantado Clemente. Yo tenía mis "DIOSES", pero en la tierra: mi familia (3 hermanos y mis padres), Pero, se me fueron todos de un plumazo. Menos mal, que me están llegando sus sucesores: mis "diocesillos" (aunque no me gusta el apelativo), no es igual, pero es de bien nacida, agradecida, por nuestra vida anterior, tan felices todos y encima, no tener problemas economicos. Con mucha alegría,y fuerza mental, mi marido y yo, hicimos de abuelos, tios abuelos, reyes magos, que esos si que existen, pero, no por eso, se me quita la rabía, y la gran pena que me arranca el alma, aún así no culpamos a nadie,, puesto que en mi familia, siempre fuimos agnósticos, pero nos amábamos todos locamente ¿mejor religión? imposible. Les enseñamos un lema: "Compartiendo, me siento feliz"., que cumplen a rajatablas.Gracias a todos, por las opiniones.

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  11. Claro! El, arte, la literatura, etc. Pero mas que nada LA LIBERTAD! La posibilidad de vivir plena y felizmente segun lo que YO considere mejor para mi, y no de acuerdo a un dogma que muchos siguen por fe pero muchos otros por obligacion o por miedo. Yo soy libre de dogmas religiosos y lo disfruto intensamente!

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