Tras leer la prensa, no hay día que no sienta una enorme
impotencia al contemplar como tantos hombres siguen despreciando (incluso matando)
a otros seres humanos para demostrar, básicamente, que su amigo imaginario es
el mejor.
Quería
reflejar esa impotencia en este artículo. Intuí que releer la Carta de Dios al Hombre, atribuida a
Isaac Asimov, me ayudaría en mi propósito (digo atribuida porque no he sido capaz de encontrar el original en
inglés; tampoco es muy de extrañar, ya que Asimov escribió o editó quinientos
libros y ¡más de noventa mil cartas!).
Acabo de volver a leer esa carta. Y me he
dado cuenta de que no podría expresar mejor nada de lo que en ella se dice. Por
esa razón, simplemente paso a transcribírsela a continuación, con la esperanza
de que algunos de ustedes no la conocieran.
Estimado
y temido Hombre Todopoderoso:
Me dirijo a Ud. para hacerle llegar un ruego que
espero pueda atender. Seguramente habrá oído hablar de mí. Soy Dios, ese ser
que los suyos crearon hace muchos, muchísimos años, cuando su especie apenas se
distinguía del resto de los animales; cuando el desconocimiento, el temor, el
deseo de protección y la ignorancia les hacia tan vulnerables como cualquier
otro animal.
Me crearon ustedes a su
imagen y semejanza, adornado con todos sus defectos y virtudes. En aquellos
tiempos primitivos era hasta divertido ser un dios... Mejor dicho, ser dioses,
porque sus carencias eran demasiadas como para crear un único dios.
Me crearon, pero me crearon
esclavo de sus creencias y necesidades. Me imaginaron bajo distintas formas y
atributos. Cada nuevo creyente me ataba –y me sigue atando– con sus cadenas,
exigiendo de mí que le ayudara a paliar su dolor y su desconocimiento.
Me
crearon –nos crearon– cuando todavía no comprendían ustedes el mundo que les
rodeaba y las leyes que lo regían. Cuando no sabían que podían existir leyes
que gobernaran el mundo y el universo. Por eso me crearon –nos crearon– tan disparatados. Nos imaginaron con arreglo
a sus propias fantasías y temores. Tan disparatados como sólo la mente de un
niño puede crear a un ser inventado para que le ayude.
Mi historia, señor Hombre, es muy triste. Es la
historia de un ser engendrado para paliar miedos, ambiciones, ignorancia y
enfermedades.
Desde el primer momento se me
utilizó como justificación de todos los desmanes y egoísmos propios de su
especie. Se me usó para respaldar sus enfrentamientos. Para justificar el poder
que algunos hombres se atribuían. Para que unos seres humanos dominaran a otros
imponiendo sus normas y sus creencias diciendo que procedían de mí. Para que
unos hombres se proclamaran portavoces de mi voluntad descalificando, en mi
nombre, a todos aquellos que no creían en sus palabras.
Desde
el primer momento ustedes crearon guerras entre nosotros, los dioses, para
ayudar a sus intereses. Nos utilizaron para excusar sus deseos de conquista,
para vencer al contrario, para someterlo. Nos utilizaron para explicar la
inmensidad de muertos, heridos, torturados... que esas guerras generaron y
generan.
Nos
usaron para disculpar sus odios, su voracidad, sus deseos de venganza. No creo
que haya ninguna maldad en que una persona no me adore, en que alguien no
invoque mi nombre. Por el contrario creo, Hombre, que no ha habido ocasión en
su historia personal y colectiva donde mi nombre –nuestros nombres– no haya
sido invocado para defender sus intereses, tanto los manifiestos como los
ocultos.
En mi nombre, en nuestro
nombre, se han cometido y se siguen cometiendo infinidad de matanzas, crímenes
y tropelías que no tienen más justificación que los intereses de algunos.
Bajo la apariencia de seres infinitamente poderosos,
los dioses no somos sino esclavos de las creencias. Esclavos nos crearon y
esclavos seguimos. Y así seguiremos mientras no nos liberen de esas cadenas que
a ustedes les parecen tan justas, creyendo que nos alaban y que nos gustan.
Son las mismas cadenas con
que los poderosos de su especie les atan a ustedes cuando dicen que interpretan
nuestra voluntad, nuestras palabras y nuestros deseos.
Su especie, Hombre, ha avanzado mucho, pero no tanto
como debería porque, en nuestro nombre, también se ha procurado obstaculizar el
progreso de su especie, se han forjado mentiras inmensas, espantosas falsedades,
destinadas a detener su marcha. Se ha matado y se ha destruido a aquellos
hombres, mujeres y obras que abrían brechas en las murallas del oscurantismo.
Pese a todo, ha avanzado
usted lo suficiente como para que ya no necesite creer en entes mágicos,
creados por su imaginación hace muchos, muchísimos siglos.
Pese a todo, hoy sabe usted
que el mundo, que el universo entero, se rige por leyes naturales, no por mi
voluntad, no por nuestra voluntad.
Todavía les falta por descubrir las muchas leyes que
permanecen ocultas, pero sí saben que esas leyes existen, aunque aún no las
conozcan. Ya no tienen necesidad de nosotros, ya no tienen necesidad de seres
fantásticos que guíen sus pasos en la oscuridad y en el desconocimiento.
Tomen en sus manos las
riendas de su destino, averigüen las leyes que rigen todo y déjenme –déjennos–
descansar en paz. No nos usen para excusar sus ambiciones, sus deseos, sus
intereses, sus desmanes o sus atrocidades.
Por eso, Hombre Todopoderoso, le dirijo esta carta
rogándole que me libere de sus cadenas, de sus creencias, de su ignorancia y de
sus miedos.
Cada vez que sienta la
tentación de creer en mí, pregúntese quién ha creado a quién: si Dios al hombre,
o el Hombre a dios.
Por
eso, Señor, Hombre Todopoderoso, se lo ruego, libéreme de la esclavitud a que
me tiene sometido.
Deje que me disuelva en la nada
de la que un día usted me creó –nos creó– a su imagen y semejanza.
Nos vemos en dos fines de semana, si les parece bien.
Quiero expresamente darles las gracias, queridas y queridos lectores, por sus comentarios. Los leo todos atentamente. Algunos de ellos me hacen reflexionar y me sirven como punto de partida para artículos posteriores.
ResponderEliminarAfortunadamente son muchos, pero eso mismo me impide poder contestarlos todos debidamente. Esa es la razón por la que no contesto ninguno, para no cometer una injusticia con el resto.
Pero no he querido que pasara ni un artículo más sin agradecerles explícitamente sus críticas y observaciones. ¡Muchísimas gracias!
TODOS LOS DIOSES SON IMAGINARIOS... Es muy triste que en este mundo nuestras vidas esten condicionadas al haber tantos individuos que todavía no se han dado cuenta de que todo es un mito de la antiguedad y que todas las relgiones son una gran farsa.
ResponderEliminarExcelente articulo clemente, como todos los que leemows, y definitivamente, este es un rayo de luz que hay que sacar y que brille ante tanta oscuridad de las religiones. saludos.-
ResponderEliminarAmigo Clemente, hacía muchos días, tal vez denasiados, que no me asomaba a esa tu ventana, (Hay tanto que leer si uno quiere, que siempre se queda algo atrás). Gracias por este regalo, que debería ser de lectura obligada, para los futuros ciudadanos, esos niños que algún día, van a gobernarnos (los "mayores" casi no tenemos remedio ya), para que aprendieran a utilizar ese órgano, al que llamamos cerebro y que tantos miles y miles de años ha necesitado para evolucionar.
ResponderEliminar"Y creó El Hombre a dios a su imagen, a imagen de El Hombre lo creó; celoso, misógino, cruel, homofóbico, genocida, prepotente, machista..."
ResponderEliminarExacto, anónimo: ése es el resumen de la carta. Incapaz de asumir, por un lado, la responsabilidad de sus propios actos, carencias y contradicciones, y por otro, la evidencia de que la humanidad y su vida se rige por leyes naturales y por las consecuencias de sus desmanes e ignorancia, el ser homo sapiens inventa un ser supremo para esconderse y justificarse.
EliminarGracias otra vez, Clemente. Argumentos como éstos, documentados con el gran Asimov, construyen una humanidad más justa, responsable y -valga la redundancia- más humana.
¡Saludos Clemente! en esa carta, el autor cae en algunas falacias que ya están superadas por la ciencia, una de ellas es el creer que hay "leyes" que "descubrir" en el universo. Ya no se ve de esa manera. Los humanos creamos "modelos" con los cuales intentamos describir los fenómenos que observamos. Esos modelos están limitados por nuestras experiencias e inventiva. Ya no los "descubrimos" los creamos. No dejan de ser útiles, más sin embargo no apuntan a una "verdad" inmutable, por el contrario, son modelos que se van refinando, cambiando, olvidando, etc, con el paso del tiempo (dale un vistazo al modelo atómico). Los modelos son entonces IDEAS que provienen de fenómenos verificables, a diferencia de otras IDEAS que provienen y se sostienen en la simple fantasía y deseos de los que las necesitan. Un abrazo. Profesor Carlos Millán desde Venezuela.
ResponderEliminarAnoche mismo en una reunión de amigos, comentamos el tema, "el hombre creó a los dioses" y básicamente todo el mundo estuvo de acuerdo. Así y todo, el miedo a la muerte como desaparición absoluta, hace que algunos no acepten este destino evidente e intentan extrañas piruetas mentales, como por ejemplo hacer una síntesis con diversas creencias, el espíritu, la reencarnación,la permanencia como algún tipo de materia o energía etc, En resumen que aceptar que dios no existe es fácil pero asumir las consecuencias que esta situación es muy complicado para el ser humano, !con lo fácil que es morirse!saludos corddiales
ResponderEliminarGenial. Me gustó muchísimo y me sumo a esa bella reflexión. Los condicionamientos mentales nos pueden jugar un muy mala pasada, no sólo a nivel individual sino a toda la humanidad. Abrazos cálidos Héctor Arom
ResponderEliminarBelleza de artículo Clemente. Gracias!!! Recibe un gran saludo!
ResponderEliminarEl texto contiene una inconmensurable falacia cuando dice "Soy Dios, ese ser que los suyos crearon hace muchos, muchísimos años, cuando su especie apenas se distinguía del resto de los animales". ES falsísimo pues antes de inventar este dios único, solo, macho, sin ascendencia ni descendencia y sin esposa ni agnado alguno, el hombre ya hacía siglos que tenía un conocimiento enorme del Mundo pues habían existido ya los Griegos de la Antigüedad, los que tuvieron antes de que inventaran los judíos, que era uno solo el dios, además varias culturas como la Griega, luego la de la Roma Imperial y los indios mesoamericanos tuvieron una cosmogonía enorme compuesta por cientos de dioses y de diosas con parientes, con hijos, con esposas y esposos, había dios para cada fenómeno y para cada necesidad y esto cuando el hombre tenía un conocimiento de sí a niveles egregios y no como lo reza el texto, porque si creemos el texto tendríamos que aceptar el dislate que Platón, Sócrates, Aristóteles, Herodoto, Anaximandro de Mileto, Esquilo, y mil sabios más, eran una punta de estólidos, y no es así, había más sabios en Grecia Antigua por habitante que hoy en que sólo tenemos presentadoras tetonas y bestias en la pequeña pantalla (hablo de América pues de Europa no sé). A más dello, en esos tiempos de la Antigüedad, los dioses y las diosas tenían vida, el dios de hoy es un dios lleno de ira, de odio, un dios frustrado, amargado y trsite sin vida.
ResponderEliminarUn abrazo con amor.
Es perfectamente comprensible que Isaac Asimov se refería al dios o dioses que existían "miles" de años antes que los griegos de la antigüedad que nombras.
EliminarWow! Es brillante u fraternal saludo y esperando el libro desde Mexico ñ.ñ
ResponderEliminarGracias Clemente por tu dedicación.
ResponderEliminarEllos utilizan la frase: "La verdad os hará libres"; yo suelo responder: "Y la mentira, esclavos".
Y me pregunto: ¿qué verdad?; ¿sus patrañas?
Nunca les ha interesado la verdad, siempre han secuestrado la verdad hasta que la luz ha resplandecido pese a taparnos las vías de entrada. La luz no nos ha cegado ni nos cegará sino todo lo contrario por eso invito a todos a que intenten salir de la caverna.
Voy a buscar, ahora mismo, el texto en inglés.
Un abrazo desde Plasencia (Placeat deis et hominibus).
He cambiado deus por deis, es más justo. Nunca me gustaron las "monarquías". Grecia siempre fue más entretenida, con sus mitos, que Roma, después del cambio.
Hallo Clemente,
ResponderEliminarExcellente artículo,
Si, la ciencia ha avanzado pero no tanto como debería. Los grandes hombres de ciencia, tan criticados muchas veces por los religiosos, los que ponen al servicio de todos nosotros la tecnología, una tecnología la cual ellos mismos también utilizan, como esta, Internet, la que hace no muchos años era impensable.
Si, el mundo entero y el universo está regido por leyes naturales y no por voluntad de dioses.Todavía falta muchas leyes por descubrir, vallamos de la mano de la ciencia que es la única que nos muestra la verdad y ya llegará el dia que no quede ni sombra de esos dioses fantásticos.
buenísimo, gracias por compartir
ResponderEliminarhttp://davidlavery.net/Courses/3840/stories/watson_letter.html
ResponderEliminarWow!!! Sin palabras... Definitivamente queda claro cuál es el origen de Dios... Mentes humanas que, al no tener las suficientes herramientas para estudiar los fenómenos que pasaban a su alrededor, creaban deidades superiores no sólo como una postura epistemológica sino como pretexto para acabar con sus parientes, creerse el pináculo de la evolución, superiores a otras especies al maltratarlas como lo son la mayoría de los circos. También como forma de dominación y de enriquecimiento pero lo más triste es que aunque actualmente gracias a la física, medicina, biología y muchas otras disciplinas... Todavía creemos que hay una personita más grande que nosotros que nos maneja como el titiritero a sus marionetas.
ResponderEliminar¡Gracias por acercarnos este documento tan lleno de originalidad y que ya es solo uno mas de tus estupendos aportes!
ResponderEliminarMagnífico documento, cuya belleza no se achica con las puntualizaciones de los puristas.
ResponderEliminarSe me ocurre una cosa ¿qué pensará dios de sus ministros? Estos personajes que conocen a dios tanto, que conocen sus deseos, pensamientos y voluntades, y además tienen la osadía de imponérselo a otros, aunque estos otros sean no creyentes.
Un saludo a todo.
Querido amigo, me alegra que te hayas tomado el tiempo de traducir esta obra que estoy seguro se trata de Asimov. Para mí él era un verdadero genio, y esta carta pone de manifiesto lo que ya muchos sabemos, que los dioses son creación humana. Gracias por tus invaluables aportes en pro de una humanidad más libre de pensamiento. Un abrazo!
ResponderEliminarMe atrevo a pensar que los que crearon las religiones son mas ateos que cualquiera de nosotros porque estan engañando y extorcionando a todos los ingenuos haciendole creer en dios.Si para ellos existiera tendriar temor y no estarian pidiendo dadivas y diezmos por doquier.
ResponderEliminarMuy bueno Clemente, como siempre. Yo también llevaba mucho tiempo sin asomarme por aquí y es un gustazo volver a leerte
ResponderEliminarme fascino...
ResponderEliminares muy profunda...
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